EL TORNADO INOFENSIVO
Diego Alonso celebrando un gol con el Valencia |
El Valencia logró
retener en el verano de 1999 a la gran estrella de la entidad por aquella
época: Claudio López. Hubo muchos rumores que colocaron al argentino en el
Calcio italiano e incluso se creyó que el jugador tenía un acuerdo con el
Atlético de Madrid para jugar de nuevo a las órdenes del hasta entonces
entrenador del Valencia, Claudio Ranieri.
Se convenció al
futbolista, se supone, con la promesa de aceptar alguna oferta que fuera lo
suficientemente interesante para el jugador y para el club en el futuro. Y así
fue; en otoño del mismo año, la persona que ejercía como consejero delegado del
club y que tenía poderes de presidente, Manuel Llorente, llegó a un acuerdo con
la Lazio italiana para traspasar al argentino en el verano del año 2000 por
nada menos que 35 millones de Euros.
El Valencia, por
tanto, necesitaba firmar un recambio que pudiera sustituir al goleador
argentino. El primero en llegar fue el noruego John Carew pero, aún así, el
club decidió apostar por un delantero uruguayo, de 25 años, procedente del
Gimnasia y Esgrima de La Plata argentino: Diego Alonso, al que apodaban “el Tornado”. Venía de marcar 17 goles en
el campeonato argentino aunque la afición valencianista miraba con recelo el
fichaje, ya que se trataba de un delantero desconocido que llegaba tarde a
Europa, ya que la mayoría de sudamericanos que despuntaban solían cruzar el
charco a una edad más temprana. Además, su andadura con la selección uruguaya
había sido bastante limitada. Y, por último, su precio no fue bajo
precisamente: 7 millones de Euros.
Se trataba de un
delantero oportunista, con una altura, 1’88, que le permitía ir muy bien de
cabeza, y que era un luchador incansable.
Ni Carew ni
Alonso tenían unas características similares a las de Claudio López, lo cual
provocó que el juego del equipo se volviera más defensivo y en el que el
sistema táctico se imponía sobre el resto de aspectos del juego.
Aún así, su
comienzo de temporada fue prometedor, especialmente lo que demostró en el
partido de vuelta de la previa de la Liga de Campeones, marcando dos goles al
Tirol Innsbruck austríaco, demostrando ser un cazagoles clásico. De todas
formas, el uruguayo empezó la temporada desde el banquillo debido a la gran
forma en la que arrancaron el año tanto Carew como Juan Sánchez, que se
complementaban en ataque de manera extraordinaria.
Tras una
temporada aciaga, el uruguayo fue cedido al Atlético de Madrid, por aquel
entonces en Segunda División, formando una gran pareja en ataque junto a un
jovencísimo Fernando Torres. Alonso fue el máximo goleador de la competición y logró
el ascenso a Primera División con el Atlético.
Sin embargo, eso
no le valió para volver al Valencia, reciente campeón de Liga, y fue cedido
nuevamente, esta vez al Racing de Santander, donde jugó una mala temporada y
sólo logró un gol.
En el verano
siguiente, el Valencia intentó incluirlo en un trueque con el Sporting de
Portugal para conseguir al joven Cristiano Ronaldo pero el club lisboeta
rechazó la propuesta. Así, fue cedido al Málaga, donde volvió a tener una
temporada bastante irregular, anotando sólo seis tantos.
Finalmente, Diego
Alonso se desvinculó del Valencia y empezó una andadura que le llevó a México,
China, Uruguay, Argentina (en su ex equipo Gimnasia y Esgrima) y un retorno
fugaz en España con el Murcia, en Segunda División.
Actualmente es
técnico del Pachuca mexicano después de haber entrenado en su Uruguay natal y
también en Paraguay.
Diego Alonso como entrenador |
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